“Fervor interior” o “exaltación del ánimo” son algunos de sus significados. Sin embargo la etimología parece darnos la pauta a lo que buscamos. El entusiasmo viene del griego “enthousiasmos: inspiración divina, arrebato o éxtasis. Formada por “entheos” o “enthous” : dios. “en + theos” el dios que se lleva dentro.
Todos disfrutamos el entusiasmo ¿no es cierto? Esa sensación de emoción que se puede sentir en todo el cuerpo que sin lugar a dudas es imposible que podamos esconderla. Lo demostramos de inmediato con gestos, con acciones, con actitudes; simplemente lo desprendemos.
Los niños lo traen tan natural, tan a flor de piel; les llama la atención todo a su alrededor. Quieren ver y conocer prácticamente todo. Los colores, la forma de los objetos, sus texturas, los olores, sabores, todo. Hasta sus manitas cuando acaban de nacer. El mundo les parece un lugar sorprendente que no deja de darles cosas y cosas para conocer e investigar.
Recuerdan ustedes ese sentir cuando eran niños y había algo que les volvía locos de emoción, no sé, jugar futbol, andar en bicicleta, comer pizza (ese era yo), jugar con alguien, jugar con un juguete en particular, ver una caricatura. Maravillosos tiempos cuando todo era vivir el momento y permitirnos disfrutar eso que nos gustaba sin tanta complicación.
Sin embargo lo perdemos o lo dejamos perder por una razón. Hay dos puntos clave que dejamos de hacer: uno es aprender y el otro es alcanzar metas. Dejamos de aprender muy rápido. Llega un momento donde creemos, consciente o inconscientemente conocer y saber todo, y esto nos quita cualquier deseo de conocer y experimentar algo nuevo porque según nosotros lo hemos visto todo. Y nada es más falso que afirmar tal cosa. El segundo es “alcanzar metas”. Nuestro deseo por alcanzar metas nos genera un interés en el objetivo. Ya sea visitar un lugar, aprender una nueva receta de comida, hacer una actividad o lo que sea que nos involucre un esfuerzo. El punto clave es el deseo, mantener nuestro deseo de aprender o en lograr algo renueva nuestro entusiasmo. Han visto a un perro persiguiendo una pelota? Bueno pues esa es la mayor expresión de felicidad y emoción que podamos encontrar. El perro tiene algo sumamente importante y excitante que hacer y es atrapar esa pelota.
Me parece un buen momento para diferenciar el entusiasmo de la motivación. La motivación es resultado de las dos palabras en latin “motus” y “motio”, “movido” y “movimiento”. Y se basa en todas esas cosas que impulsan a un individuo a llevar a cabo ciertas acciones y a mantener una conducta firme que le haga lograr un objetivo, es decir, voluntad e interés. Todo aquello que nos estimule a hacer un esfuerzo por alcanzar una meta. Nuestros “motivos”, “nuestras razones” llamémoslo así. Y “nuestras razones” pueden ser muchas y validas a nuestros ojos, pero deben tener una característica, nos deben de entusiasmar.
Este tema es muy importante dado que el entusiasmo enpodera y da sentido a nuestra motivación.
Las personas exitosas tienden a mantener sus niveles de entusiasmo altos. Tienden a tener el mismo entusiasmo los viernes por la tarde que los lunes por la mañana. Esto les trae naturalmente un mayor éxito pero lo mas importante les da el medio para disfrutar la vida.
[thrive_text_block color=”blue” headline=”¿Y tu te sientes entusiasmado? ¿No te gustaría vivir todos los días entusiasmado? Si es así que crees que deberías de cambiar, cuéntanos y empecemos la discusión.”] [/thrive_text_block]
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