La vergüenza es una palabra que nos puede resultar familiar sin embargo nos puede costar trabajo reconocer realmente qué es la vergüenza. Asimismo, cuando hablamos de sanación emocional puede tomar un significado mucho mas profundo de lo que nos habíamos permitido reconocer o hasta sentir.
Creo personalmente que muchas veces no sabemos que lo que en realidad estamos sintiendo es vergüenza, la mayoría de las veces pensamos que es falta de autoestima o timidez o simplemente tenemos miedo de hacer cosas. Algunas de estas emociones muy probablemente nos lleven a sentir ansiedad, pero en lo profundo lo que hay dentro de nosotros es esta emoción de vergüenza.
Hablemos un poco más de ella y analiza si lo que sientes es en realidad eso, de esta forma podrás comenzar tu viaje de sanación profunda. Recuerda que no podemos alejarnos de un lugar en el que nunca hemos estado, es decir si no sabemos qué es lo que debemos de sanar, ¿cómo comenzamos a sanar?
¿Qué es la vergüenza tóxica?
La vergüenza es una emoción profunda dentro de nosotros mismos de sentirnos expuestos y sentirnos que no valemos. Cuando sentimos vergüenza queremos escondernos, encogemos los hombros, bajamos la cabeza y nos encorbamos hacia adentro como un intento de parecer invisibles.
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Claro que todo esto sucede de forma subconsciente, es decir nosotros no decidimos sentirnos así, más bien hay algo dentro de nosotros que nos ha dejado heridos y nuestro sistema nervioso reacciona a una situación actual en base a esas memorias implícitas.
La vergüenza puede manifestarse como pensamiento y habla fragmentados, como pausas largas o incómodas, repetir frases o palabras que ya hemos dicho, comienzos en falso como tartamudear, nivel de voz inaudible y dicción poco clara. Esto nos lleva a pensar que nos hemos quedado en blanco, por lo tanto ya no sabemos ni cómo salir de la situación.
Pero también, la vergüenza la podemos detectar cuando pasamos mucho tiempo recordando o pensando acerca de un suceso, evento o algo que dijimos. Por ejemplo, el darle vueltas a algo que hemos dicho y pensar que mejor hubiera sido quedarnos calaldos o decir otra cosa o defendernos. El rumiar pensamientos y sobre analizar nuestros actos puede también ser una señal de vergüenza tóxica.
La vergüenza es el cálido sentimiento que nos inunda, haci´ndonos sentir pequeños, defectuosos y nunca lo suficientemente buenos.
Brené Brown
¿La culpa y la vergüenza son lo mismo?
La vergüenza y la culpa están íntimamente relacionadas y son emociones que nos pueden llevar a una disfunción social, ansiedad, problemas psicosomáticos y comportamientos autodestructivos.
Una característica común de la vergüenza y la culpa es que estas emociones se centran principalmente en nuestra imagen propia y percepción de nuestra propia naturaleza, mientras que otras emociones como la ira, la tristeza, la alegría, por ejemplo, se relacionan principalmente con nuestra experiencia del mundo que nos rodea y nuestras relaciones.
Aunque la vergüenza y la culpa están de alguna forma relacionadas y a menudo las podemos sentir juntas, la diferencia entre estas emociones podría resumirse como: la vergüenza se centra en la definición que tenemos de nosotros mismos, el como definimos nuestra personalidad, nuestro funcionamiento mental, incluso nuestra identidad central, mientras que la culpa se relaciona principalmente con nuestro comportamiento con el mundo externo.
¿De dónde proviene la vergüenza tóxica?
Cualquier forma de apego traumático o defectuoso predispone a una persona a la vergüenza tóxica. Puede provenir de haber crecido en un ambiente tóxico con manipulación, o cuando los padres recurren a un control mediante la vergüenza para hacer que los niños se comporten como ellos quieren.
Cuando un niño es abandonado, ya sea física o emocionalmente, por negligencia o abuso, o es muy rechazado y criticado por miembros de la familia, experimenta la pérdida de sí mismo y se produce una tristeza profundamente arraigada, lo cual puede conllevar a la vergüenza.
Muchas de las reglas y métodos de crianza que se utilizan hoy en día generan este tipo de emoción de vergüenza en los niños. Sin darse cuenta los padres en realidad están generando heridas emocionales en sus hijos al utilizar métodos de crianza en donde el amor o el reconocimiento es condicionado “si te portas bien …” o pensando que al ignorar al niño su comportamiento va a mejorar.
Asimismo el abuso emocional, la falta de disciplina, negligencia, sobreprotección, colocar al niño en un papel de padre o de responsable de la familia, uso de aprobación condicional, el condicionar el amor, la disciplina con violencia, el aislamiento, mentiras, manipulación, tácticas de miedo y el uso de la humillación pública como herramienta de disciplina generan esa vergüenza en los niños.
Además, la mayoría de los niños se culpan a sí mismos por la forma en que sus padres los trataron, sintiendo que de alguna manera merecían ser tratados de esa manera y pensando, “Si solo me hubiera comportado bien, y si hubiera sido mejor, mi madre o padre, no me habría(n) menospreciado o gritado”.
Este es un intento de recuperar cierta sensación de poder y control.
Culparse a sí mismo y asumir que podríamos haberlo hecho mejor o podríamos haber evitado un incidente es más tolerable que enfrentar la realidad de la impotencia total.
Es así como la vergüenza internalizada se convierte en una vergüenza tóxica.
Efectos de la vergüenza
La vergüenza es una emoción fuerte para ser soportada, por lo tanto es posible que muchas veces hayamos desarrollado otros mecanismos de defensa para esconderla. Es por eso que muchas veces nos cuesta trabajo reconocer que dentro de nuestro interior se encuentra esta emoción de vergüenza tóxica, pues esta íntimamente relacionada con otras emociones que somos más conscientes de sentir.
Algunos de los comportamientos y creencias limitantes que obtenemos debido a esta vergüenza tóxica son:
- Es posible que en la vida adulta se continue con comportamientos que atentan hacia nuestro bienestar y criticándose de manera despiadada, una de las formas en las que esto sucede es al desarrollar un crítico interior incesante.
- Las creencias negativas acerca de uno mismo pueden surgir debido a estas experiencias y al mantener esta vergüenza como una emoción frecuente o constantes, creencias como: “No valgo nada”; “Soy estúpido”; “No soy digno de ser amado”; “Todo es culpa mía”; “No merezco”.
- Comportamientos que ayudan a evitar conectar con la realidad interior haciendo que la persona se convierta en lo que necesitan las otras personas, siempre anteponiendo las necesidades de los otros antes que las suyas, lo cual en la vida adulta se ve como codependencia.
- Intentando escapar de las dolorosas realidades internas y externas a través de la adicción (alcohol, drogas, pornografía, compras, trabajo, redes sociales, etc.).
- Pueden verse a sí mismos como una víctima y culpar, atacar y criticar a los demás, y / o convertirse en acosadores mientras buscan dominar y controlar a los demás en un intento por evitar sentirse indefensos e impotentes como en la infancia.
- Pueden aislarse de los demás al evitar situaciones sociales debido a una sensación de desconfianza y/o sentimientos de insuficiencia e incompetencia. Luego se sienten solos pero no saben cómo romper el patrón de aislamiento, lo que puede resultar en sentimientos de frustración, ira e impotencia.
- Sensibilidad a la corrección o la crítica: avergonzarse fácilmente
- Actitud defensiva: crear un muro entre uno mismo y los demás; bloqueando las críticas
- Tendencia a ser autocrítico, duro con uno mismo, implacable.
- Perfeccionismo, en un intento de evitar sentirse avergonzado o como método para obtener la aprobación o la aceptación de los demás.
- Incapacidad para hablar por uno mismo o decir lo que realmente quiere decir por temor a ofender o lastimar a otra persona, por lo que se corre el riesgo de sentirse avergonzado aún más.
- Un enfoque desmedido hacia el tener éxito y / o poder en un intento de ganar control sobre los demás.
- Falta de motivación (incapacidad para cumplir con los objetivos y planes establecidos); confusión (incapacidad para descubrir una carrera profesional o comprometerse con una pareja)
- Expectativas excesivamente altas de uno mismo y de los demás.
Probablemente hayas reconocido algunos de estos patrones de comportamiento y formas de pensar en tu vida personal, pero es importante reconocer que todo eso es normal, es una forma en la que nuestro sistema nervioso y nuestra mente han desarrollado para mantenernos a salvo durante situaciones realmente difíciles para nosotros, sobretodo mientras crecíamos.
Cómo sanar de la vergüenza tóxica
Podemos comenzar a sanar de la vergüenza tóxica cuando comenzamos a reconocer que hay heridas emocionales que tenemos que sanar, comenzamos a expresar nuestra verdad y conectar con nuestras emociones. Parte del proceso de sanar el trauma y las heridas emocionales involucra el incluir a nuestro sistema nervioso como parte de este proceso y poder así sentirnos a salvo de manera profunda, pero también el desarrollo de una práctica de autocompasión es sumamente importante.
Algunos consejos que te ayudarán en este proceso de sanación son:
Reconoce tus emociones y comienza a expresarlas
Una de las cosas que nos puede mantener en este círculo de vergüenza es el de tratar de ocultar esas emociones, además el miedo a ser juzgados y sentirnos humillados nos hace esconder nuestras emociones aun mas al tratar de negar nuestras experiencias, omitirlas y pensar que no son tan importantes. Pero esto solo hace que la vergüenza se mantenga y profundice en nuestro ser.
Así que una de las primeras cosas que puedes hacer es comenzar a detectar en qué momentos sientes vergüenza, u otras emociones que estén vinculadas con ella, reconocer lo que estás sintiendo y darte el espacio para hacerlo.
Es posible también que quieras compartir estas experiencias con alguien más, alguien que te permita sentirte seguro, a salvo para ir a lo profundo de tu ser. Aunque también puedes acudir a un terapeuta que te ayude a trabajar en ello.
La vergüenza y los secretos nos mantienen desconectados y solos. Nos impiden pedir ayuda, obtener apoyo, ser comprendidos.
Trabajar con tus creencias negativas
También necesitamos corregir las falsas creencias que impulsan nuestros sentimientos de vergüenza. Aunque a veces esas cosas que nos decimos parece verdad, solo están basados en creencias y comportamientos que adoptamos cuando éramos niños, la forma en la que nos hicieron sentir, trauma emocional o cosas que nos decían.
Es importante que cuando detectes estas creencias limitantes, trabajes con técnicas como Havening (elimina las emociones negativas con Havening – video) que te ayudan a trabajar con la emoción vinculada a esa creencia.
También puedes intentar usar un diálogo interno positivo como el siguiente mientras realizas tu ejercicio de Havening.
Yo no provoqué los problemas en mi familia. Ningún niño es responsable por el abuso que sufrió o la adicción, enfermedad o acciones de sus padres.
Mis sentimientos de indignidad se basan en suposiciones falsas que hice cuando era niño a partir de esas experiencias. A lo largo de los años, he buscado evidencia para reforzar esta creencia. Pero ahora puedo buscar y encontrar pruebas de que tengo buenas cualidades, de que soy suficiente, soy valioso y merezco el amor, la aceptación y la felicidad.
Desarrolla la autocompasión
La vergüenza puede decirte que eres desagradable o que no mereces pero eso no es verdad. La vergüenza ataca directamente la imagen que tenemos de nosotros mismos, pero te aseguro que es algo que podemos sanar y cambiar.
Una de las mejores formas para desarrollar una mejor imagen propia es la de desarrollar el amor propio y sentirnos a gusto con quienes somos, la autocompasión es un muy buen camino para hacer esto.
Puedes comenzar a tratarte con mas respeto, con más delicadeza, algunas ideas para realizarlo son:
- Dite cosas amables a ti mismo.
- Anímate a probar cosas nuevas y desafiarte a ti mismo.
- Consuélate cuando cometas un error.
- Reconoce tu progreso y el esfuerzo que estás haciendo
- Date golosinas saludables (no solo comida), especialmente cuando estés pasando por un momento difícil.
- Cuida tu salud física.
- Reserva tiempo para actividades divertidas.
- Busca personas que te apoyen en este proceso y que te hagan sentirte a salvo.
- Utiliza el toque Havening de manera frecuente, con lo cual ayudas a generar oxitocina y a regular tu sistema nervioso.
- Permítete descansar.
Pequeña meditación de compasión (Autora Sharon Martin)
Hoy, elijo amarme a mí mismo.
Durante mucho tiempo, he creído que soy desagradable, indigno y no tan bueno como los demás.
Ahora, estoy tratando de cambiar estos pensamientos autocríticos porque me doy cuenta de que se basan en la vergüenza.
Me doy cuenta de que son el resultado de la vergüenza tóxica, vergüenza que heredé de mi familia cuando era joven e incapaz de entender que yo no soy la causa de la disfunción y los problemas de mi familia, y vergüenza que reforcé culpándome y aceptando la responsabilidad. por cosas que posiblemente no podría controlar o causar.
Hoy, elijo liberarme de la vergüenza. Elijo creer en mi valor inherente.
La gente me ha abandonado y me ha defraudado en el pasado. Y esto ha sido muy doloroso. Me he sentido triste, enojado y confundido, pero no he sabido qué hacer con mis sentimientos.
Ahora, como parte de dejar ir mi vergüenza y sentimientos de indignidad, me permitiré sentir todos mis sentimientos. En lugar de reprimir y adormecer mis sentimientos, me consolaré de manera saludable. Invitaré a más autocompasión a mi vida. Me diré cosas agradables a mí mismo y me trataré con cariño.
Hoy, elijo amarme a mí mismo.
Debido a que me han lastimado, a veces me resulta difícil confiar en mí mismo y en los demás. Eso es comprensible. Pero sé que poner muros emocionales tampoco es saludable.
Trataré de reducir la velocidad para poder escuchar mis pensamientos, sentir mis sentimientos y escuchar mi intuición. Iré despacio en las nuevas relaciones y dejaré que la confianza se desarrolle con el tiempo. También practicaré establecer límites claros para que otros sepan cuáles son mis expectativas y cómo quiero ser tratado.
Hoy, elijo confiar en mí mismo y aprender lentamente a confiar en los demás.
Me doy cuenta de que no tengo que ser perfecto para ser amable. Y no tengo que ser el mejor o el más logrado. En el pasado, basaba mi autoestima en mis logros y apariencia.
Hoy, elijo liberarme del perfeccionismo y del pensamiento de todo o nada.
Elijo amarme a mí mismo a pesar de mis defectos, errores e imperfecciones. A veces no es fácil, pero seguiré tratando poco a poco de darme cuenta de lo que tengo de especial, no solo de mis logros, sino también de mis rasgos de personalidad, talentos y buenas cualidades.
Hoy, elijo amarme tal como soy.
Hoy, elijo dejar de lado la vergüenza, la autocrítica y el sentimiento de no ser lo suficientemente bueno.
Tú puedes sanar la vergüenza
Cuando la vergüenza es una creencia muy arraigada de que no eres lo suficientemente bueno, como lo vimos afecta lo que somos y el cómo nos definimos, puede parecer un trabajo duro y a veces algo que no es posible, pero te puedo asegurar que si se puede.
Yo te recomiendo atender tu proceso de sanación de manera integral, es decir incluye tu mente, pero también tu cuerpo y también lo espiritual. Esto te da más probabilidad de realizarlo exitosamente y comenzar a vivir plenamente.
Si estás buscando un método efectivo para sanar emocionalmente te invito a que me contactes y con gusto te explico como trabajo con técnicas psicosensoriales e hipnosis para lograr un cambio profundo.