Carl Jung, un reconocido psiquiatra suizo, fundador de la psicología analítica, es usualmente al que se referencia como el que originó el concepto del arquetipo del niño divino, al que hoy se le conoce como niño interior.

El niño interior contiene todas esas experiencias que viviste desde que eras bebé hasta la adolescencia. Tu niño interior es esa parte de ti que es espontánea, creativa, amorosa, confiado y espiritual, así como un niño lo es por naturaleza. Pero que con el tiempo y con las distintas experiencias se va volviendo más retraído, menos confiado, con miedo o con ese instinto de explorar más apagado. Estas experiencias pueden haber sido abusos, malos entendidos, malos tratos o desajustes.  Tu niño interior contiene todos esos sentimientos, necesidades y memorias de cuando crecías.

Tu comportamiento actual, cómo piensas, tus fortalezas, tus problemas, tu nivel de autoestima, los hábitos (buenos o malos), comportamientos negativos, se deben en gran parte a tu desarrollo en las distintas etapas de tu vida.

¿Te has preguntado de dónde vienen esos comportamientos que quieres cambiar, que van desde el auto-sabotaje hasta las tendencias a no intentar nada por que “sabes” que no lo vas a lograr? Todos estos comportamientos pueden haber surgido debido a esas experiencias que tuviste cuando niño, y que se continuan manifestando pues esta parte tan importante de tu psique, el niño interior, sigue sintiéndose de la misma forma a como cuando estás situaciones parecidas se generaron en tu infancia.

De acuerdo a los psicólogos y psicoterapeutas, gran parte de los comportamientos destructivos que un adulto puede presentar, como la impulsividad, el narcisismo, la codependencia, la necesidad de que alguien te atienda y te preste atención, y el miedo al ser abandonado proviene a de ese niño interior que ha sido maltratado, desatendido y que no ha sido comprendido adecuadamente.

Tu niñez y su impacto en tu vida adulta

El Dr. Nicholas Jenner, terapeuta, nos explica que lo que hemos vivido durante la niñez, el cómo fuimos criados, el comportamiento de nuestros padres hacia nosotros son un reflejo de lo que somos hoy en día. Por ejemplo, es parte normal de la vida tener ciertos retos, problemas y lo que como niños consideramos situaciones difíciles. Pero es importante que a través de estas situaciones tengas el apoyo y la guía correcta de tus padres para vivir esas experiencias y procesarlas de manera saludable y equilibrada. Si tuviste este apoyo y tus padres te transmitieron esa seguridad y confianza, entonces lo más seguro es que tu vida actual sea bastante equilibrada y tengas una inteligencia emocional adecuada.

Es necesario mencionar que en cada una de nuestra etapas de desarrollo nos encontramos con distintos desafíos, retos, problemas y situaciones que nos pueden ayudar a crecer cuando son manejadas de forma apropiada. Por ejemplo, hay situaciones que como niños afectan nuestra estructura y esto genera sentimientos negativos que si no se manejan adecuadamente desatan emociones negativas que se quedan guardadas en tu psique. Situaciones como:

• Falta de atención, afecto, apoyo o estímulo
• Favoritismo hacia otro hermano
• Discusiones familiares
• Divorcios
• Ser adoptado
• Problemas económicos serios
• O cualquier otra situación que afecte tu estructura familiar y emocional.

Todas estas situaciones, la falta de apoyo para manejarlas, hace que tu niño interior se vuelva temeroso, encerrado, tímido. Esto hace que esta parte de ti, guardada en tu subconsciente genere actitudes y comportamientos que no nacen de lo que vives en este momento, sino en situaciones parecidas a las que viviste cuando eras niño y que despiertan la misma forma de sentir de tu niño interior. Situaciones que le hacen sentir con miedo, asustado y sobre todo que quiere evitar ser lastimado nuevamente.

Entonces todo esto se traduce en comportamientos negativos en tu vida adulta, como:

• Baja autoestima
• Un necesidad muy grande de atención, afecto, compañía de otros.
• También es posible que requieras que alguien siempre te esté dando aliento o que se involucre en tus actividades para poderlas hacer o continuar hacia adelante.
• Una necesidad grande de sentirte aceptado o seguro, a través de una pareja, un(a) mejor amigo(a) o un grupo de amigos.
• Tener relaciones amorosas que no duran mucho o que no son sanas.
• Aguantar comportamientos de falta de respeto hacia ti y mantener relaciones poco sanas
• Seguir un mismo patrón en tus relaciones amorosas, ya sea porque buscas el mismo tipo de personas, o porque terminan de la misma forma.
• Sentimientos o creencias de que no mereces ser amado, o ser feliz, o de que nadie te quiere.
• Angustia o Depresión.

El cuánto aceptes y ames a tu niño interior esta directamente relacionado con cuánto te aceptes y te ames actualmente, y por lo mismo tus comportamientos, ideas y sentimientos irán cambiando. Si ignoras esta parte tan importante de ti mismo, pensando fueron cosas pasadas y que ya no tienen que ver con tu vida actual, en realidad estás ignorando a tu niño interior. Esto conlleva a que sigas teniendo comportamientos negativos y que te sientas más limitado en tu confianza, en lo que mereces, en tu desempeño y en tus relaciones personales.

Como adultos podemos regresar a esas memorias, traerlas a nuestro consciente y sanar esa parte escondida de ti mismo, con lo que podrás sacar todas esas cualidad que un niño puede tener naturalmente. Cualidades como la creatividad, espontaneidad, amor, confianza, flexibilidad, resistencia y la capacidad de maravillarte de la vida y las cosas que pasan en ella.

¿Cómo puedes trabajar y sanar a tu niño interior?

Hay muchas formas de tratar a tu niño interior, muchos de ellos pueden tomar formas como:

• Dialogar con tu niño interior,
• Escribir en tu diario como si fueras tu niño interior,
• Acompañarte de un terapeuta que te lleve de la mano para conversar con tu niño interior
• Meditaciones y visualizaciones
• Jugar o cuidar a un(a) muñeco(a) que represente a tu niño interior
• Aprender a actuar como si fueras tu papá o tu mamá y cuidarte a ti mismo

La Dra. Lucia Capacchione creó un método hermoso, en donde puedes ser el padre o madre de tu propio niño interior, logrando otorgarle todo lo que cuando eras joven necesitabas. Además, se dio cuenta que existen métodos muy eficaces para poder hacerlo, como el uso de la mano no dominante para poder mantener una conversación con tu subpersonalidad del niño interior. Este es uno de los métodos que yo utilizo en mis sesiones de coaching y en mi curso para sanar a tu niña interior, en el cual te permite realizar los ejercicios de forma más efectiva para realmente tener resultados. 

¿Cuál es el beneficio de sanar a tu niño interior?

Puede parecer difícil de creer y a lo mejor hasta te suena un poco extraño el hecho de tener que conversar o ser el padre de una parte interior de ti mismo, pero por algo los psicoterapeutas lo han utilizado por tantos años. Y deja te digo que el resultado de trabajar con tu niño interior puede traerte muchos beneficios, hasta el hecho de eliminar comportamientos que no habías podido quitarte anteriormente, mejorar tus relaciones personales, mejorar tu autoestima y hasta se han reportado casos en donde gente supera sus adicciones con esta técnica.

Algunos beneficios de trabajar con tu niño interior son:

• Acceder a memorias reprimidas que te mantienen estancado
• Liberarte de emociones reprimidas
• Volver a sentir después de permanecer tanto tiempo reprimiendo las emociones
• Sentirte más libre y empoderado
• Sentirte seguro y confiado de establecer límites apropiados
• Aprender a cuidarte más y tomar mejores decisiones en cuanto a tu salud mental, emocional y física
• Quererte más y querer más a tu cuerpo
• Sentir compasión por ti mismo
• Ser capaz de disfrutar la vida y volver a divertirte
• Ganar confianza en ti mismo
• Tener mejor autoestima