La Teoría Polivagal, desarrollada por el renombrado neurocientífico Dr. Stephen Porges, ha revolucionado nuestra comprensión del sistema nervioso autónomo y su impacto en nuestras vidas.
Este marco teórico nos proporciona un profundo entendimiento de cómo el sistema nervioso opera en diversas situaciones y cómo podemos aplicar ese conocimiento para mejorar nuestra salud emocional y física. En este artículo, exploraremos los tres principios fundamentales de la Teoría Polivagal y cómo están intrincadamente relacionados con nuestras experiencias cotidianas.
La importancia de la teoría polivagal
La teoría polivagal nos ofrece una nueva perspectiva sobre cómo funciona nuestro sistema nervioso autónomo y cómo influye en nuestras emociones, comportamientos y relaciones. Esta teoría se centra en el nervio vago, una de las partes más importantes del sistema nervioso, y explica cómo nuestras respuestas fisiológicas están diseñadas para ayudarnos a enfrentar el peligro y a conectar con los demás.
Contenido del post
Comprender la Teoría Polivagal nos permite reconocer cómo nuestras experiencias pasadas y actuales afectan nuestras respuestas fisiológicas y emocionales. Al identificar estos estados, podemos aprender a regular nuestro sistema nervioso, mejorando nuestra capacidad para manejar el estrés y fortalecer nuestras relaciones.
La teoría nos invita a ser más compasivos con nosotros mismos y con los demás, entendiendo que nuestras reacciones no siempre son bajo nuestro control consciente, sino respuestas automáticas de nuestro sistema nervioso. Esta comprensión es crucial para cualquier proceso de sanación y crecimiento personal.
La teoría polivagal describe la ciencia de sentirse lo suficientemente seguro como para enamorarse de la vida. Deb Dana
1. Jerarquía: Los Tres Estados del Sistema Nervioso
El primer principio esencial de la Teoría Polivagal es la comprensión de que el sistema nervioso autónomo (SNA) humano se puede dividir en tres estados distintos: el estado de seguridad y conexión, el estado de movilización y acción, y el estado de inmovilidad y congelación. Estos estados son esenciales para nuestra supervivencia y funcionan como una especie de “rueda de la fortuna” emocional y fisiológica.
Estado de Seguridad y Conexión
Cuando nos sentimos seguros y conectados con nuestro entorno y con los demás, nuestro SNA opera principalmente a través del nervio vago ventral. En este estado, somos capaces de experimentar y expresar emociones positivas, establecer relaciones significativas y mantener un bienestar óptimo.
Estado de Movilización y Acción
Cuando percibimos una amenaza o necesidad de actuar, nuestro sistema nervioso cambia al modo de movilización. Aquí, el nervio simpático se activa, preparándonos para la acción. Nuestro corazón late más rápido, la adrenalina fluye y estamos listos para luchar o huir.
Estado de Inmovilidad y Congelación
Si percibimos una amenaza abrumadora y la lucha o la huida no son viables, entramos en el estado de inmovilidad. Este es el dominio del nervio vago dorsal, que ralentiza nuestras funciones corporales y nos hace sentir paralizados o desconectados de la realidad. Es un mecanismo de supervivencia que puede ayudarnos a sobrevivir en situaciones extremas.
2. Neurocepción: Evaluación Constante del Entorno
El segundo principio de la Teoría Polivagal es que nuestro sistema nervioso realiza una evaluación constante de nuestro entorno y de las señales de seguridad y peligro que percibimos. Esta evaluación no se hace necesariamente de manera consciente, sino que es una respuesta automática y adaptativa.
La neurocepción es el proceso inconsciente a través del cual nuestro sistema nervioso evalúa el entorno y las señales internas para determinar si estamos en seguridad, en peligro o en una amenaza de vida. Este proceso ocurre sin nuestra conciencia y desencadena las respuestas adecuadas de la jerarquía:
- Seguridad: Si nuestro sistema nervioso percibe seguridad, activamos el estado ventrovagal, facilitando la conexión y la socialización.
- Peligro: Si se detecta una amenaza, se activa el estado simpático, preparándonos para la lucha o la huida.
- Amenaza de vida: En casos extremos, se activa el estado dorsovagal, llevando al colapso o congelación como una forma de protección.
La clave aquí es que nuestras experiencias pasadas, especialmente las relacionadas con la seguridad y la conexión, influyen en cómo percibimos y reaccionamos a las situaciones actuales. Por ejemplo, si hemos tenido experiencias de apego seguras en la infancia, es más probable que nos sintamos seguros y conectados en las relaciones adultas. Por otro lado, si hemos experimentado traumas o relaciones inseguras, es posible que nuestro sistema nervioso esté más inclinado hacia la movilización o la inmovilidad en situaciones sociales.
Es nuestra responsabilidad sintonizarnos con lo que sucede en nuestro propio sistema nervioso… y sentir curiosidad por lo que sucede en otro. Deb Dana
3. Intervención y Regulación Deliberadas
El tercer principio fundamental de la Teoría Polivagal es que podemos intervenir de manera consciente y deliberada en nuestro sistema nervioso para regularlo y promover una mayor seguridad y bienestar. Esto implica aprender estrategias para movernos de un estado a otro de manera adaptativa y saludable.
La co-regulación es el proceso mediante el cual regulamos nuestras emociones y estados fisiológicos a través de interacciones con otras personas. Este principio destaca la importancia de las relaciones seguras y empáticas para nuestra salud emocional y fisiológica:
- Interacción Social: Las relaciones positivas y seguras con los demás pueden ayudar a activar y mantener el estado ventrovagal, promoviendo la calma y la conexión.
- Apoyo Mutuo: A través de la co-regulación, las personas pueden ayudarse mutuamente a salir de los estados de lucha, huida o congelación, restaurando el equilibrio del sistema nervioso.
- Entornos Seguros: Crear y mantener entornos seguros es crucial para permitir que el sistema nervioso se regule y funcione de manera óptima.
Algunas de las estrategias que pueden ayudar a regular el sistema nervioso incluyen la respiración consciente, la práctica de la atención plena, la terapia basada en la regulación del sistema nervioso y la conexión social positiva. Estas intervenciones pueden ayudarnos a reducir el estrés, mejorar la salud emocional y fortalecer nuestras relaciones.
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Conclusion
La Teoría Polivagal proporciona una ventana fascinante a nuestro sistema nervioso y cómo influye en nuestras vidas diarias. Al comprender los tres estados fundamentales del sistema nervioso, la evaluación constante del entorno y la capacidad de intervención y regulación, podemos tomar medidas para mejorar nuestro bienestar emocional y físico.
Explorar estas ideas y aprender a aplicarlas en nuestras vidas es un paso importante hacia una mayor comprensión y autenticidad en nuestra relación con nosotros mismos y con los demás.
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