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Qué es la depresión existencial: buscando el sentido de la vida

por Trauma y Sanación Emocional

Trabaja con angie ramos

Angie Ramos

Hipnotista clínica, Havening Techniques® Certified Practitioner, Terapia somática

La depresión existencial es un estado emocional profundo que va más allá de la tristeza común. Se caracteriza por una sensación de vacío, desesperanza y falta de propósito en la vida. Quienes la experimentan pueden sentir que la vida carece de significado o que no hay razón para seguir adelante. Esta forma de depresión se centra en cuestiones filosóficas y existenciales, como el sentido de la vida, la muerte, la libertad y la responsabilidad.

Como hipnotista clínica y especialista en somática, mi camino hacia la sanación ha sido un viaje de autodescubrimiento, sanación e introspección personal. En mi práctica, he visto de cerca cómo el trauma de la infancia y los desafíos del sistema nervioso pueden llevar a una profunda sensación de desesperanza y falta de propósito en la vida.

Pero en este artículo, quiero enfocarme en un aspecto de la depresión del cual se habla poco y del cual yo personalmente he tenido una experiencia cercana. Te hablaré un poco de cómo he podido salir de este vacío existencial de forma progresiva, esperando que te de un poco de esperanza en tu proceso de sanación.

Comprendiendo la depresión existencial

La depresión existencial se refiere a sentimientos difusos de vacío, ansiedad o sinsentido en relación con los grandes temas de la vida como la mortalidad, la libertad, el aislamiento y la búsqueda de significado.

Es importante aclarar que la depresión existencial no es una diagnostico formal, es decir no se encuentra en el DSM-5, el libro de referencia que muchos profesionales de salud utilizan para hacer diagnósticos. Sin embargo, esto no significa que sea menos real para quienes la experimentamos y te podrás dar cuenta que los síntomas son similares a otros tipos de depresión.

El término depresión existencial se utiliza para describir un tipo de depresión que gira específicamente en torno a las cuestiones fundamentales de la existencia, como la vida, la muerte, la enfermedad y la opresión. Los niños superdotados, que tienden a ser muy sensibles, analíticos y curiosos, son especialmente propensos a esta forma de depresión. (4) Suele surgir de preguntas profundas como:

  • ¿Qué sentido tiene la vida?
  • ¿Puedo realmente estar solo/a?
  • ¿Por qué existe tanto sufrimiento?
  • ¿Qué hay después de la vida?
  • ¿Cuál es el sentido de vivir y de todo esto?
  • ¿Le importo a alguien? o ¿Por qué no le importo a alguien?
  • ¿Qué puedo contribuir a este mundo?

Estas preguntas pueden ser muy comunes, de hecho el cuestionarse este tipo de cosas es parte de nuestra condición humana. Sin embargo, para algunas personas pueden convertirse en una carga emocional demasiado pesada.

Las preguntas existenciales se centran principalmente alrededor de estos cuatro temas(1):

  • Muerte, incluida la conciencia de su inevitabilidad y de lo que sucede después
  • La falta de sentido o preguntarse qué sentido tiene la vida
  • Aislamiento o desconexión de los demás y la eventual pérdida de relaciones importantes
  • Libertad o la magnitud de las opciones (y consecuencias) disponibles para ti en la vida

Cuando no podemos encontrar una respuesta a nuestras preguntas existenciales o aceptar que hay ciertas preguntas no tienen una respuesta, nos puede dejar con un sentimiento de desesperanza constante. Esto se puede convertir en este ciclo de mantener las mismas preguntas dándole vueltas en nuestra cabeza, lo que nos lleva a tener este sentimiento constante de vacío existencial y así en un círculo que parece no terminar.

“La depresión existencial es como una neblina que envuelve el alma, pero incluso en la oscuridad más profunda, siempre hay una luz que espera ser descubierta.”

Depresion existencial - Angie Ramos Sanacion Emocional

Un poco de mi historia:

Para algunos que han leído mi libro saben que crecí en un ambiente marcado por el trauma y la violencia física y emocional que dejaron cicatrices profundas en mi ser. Para sobrevivir, desarrollé mecanismos de afrontamiento que me permitieron seguir adelante, pero a costa de desconectarme de mis verdaderas emociones y de mi propio ser. Durante años, busqué desesperadamente una forma de sanar mis heridas internas, de sentirme mejor conmigo misma y de encontrar un sentido de confianza y autoestima, de hecho fue así como comencé este blog que en aquel tiempo se llamaba Habitos Exitosos.

Cuando finalmente comencé a trabajar en mi sistema nervioso y a explorar la terapia somática, descubrí que muchas de las “soluciones” que había intentado en el pasado solo aliviaban momentáneamente el dolor, pero no abordaban las causas subyacentes de mi sufrimiento. Me percaté que gran parte de mi vida había estado lentamente deconstruyendo las creencias limitantes, mi filosofía de vida, la religión, mi espiritualidad y la relación con otras personas.

Durante mucho tiempo, traté de escapar del sufrimiento del mundo, convenciéndome a mí misma de que mi “paz interior” (mas bien la desconexión de mis emociones) contribuiría de alguna manera a reducir el sufrimiento de los demás. Ya sabes, esa retórica de la espiritualidad que hoy en día vemos en redes sociales, que en realidad solo se trata de un bypassing espiritual. Sin embargo, esa ilusión se desvaneció cuando me di cuenta de que estaba evitando enfrentar mi propia angustia y desesperación, heredadas de un pasado marcado por la violencia y el sentirme profundamente impotente.

El punto de inflexión llegó con mi divorcio, que fue la culminación de todo el proceso de deconstrucción que había estado experimentando. Me di cuenta de que el lugar que pensaba que era mi refugio seguro no era más que una ilusión, y me enfrenté a la devastadora verdad de que en el proceso me había perdido a mí misma en el camino. Caí en un abismo de depresión existencial, atrapada en un ciclo de nihilismo y desesperanza del que parecía imposible escapar.

Para alguien como yo, una persona altamente sensible con un historial de trauma, la depresión existencial era un callejón sin salida, un laberinto emocional del que es difícil encontrar una salida. Sin embargo, como lo puedes ver en mi proceso de sanación emocional, he aprendido que el primer paso para salir de la oscuridad es reconocerla y aceptarla. No podemos sanar aquello que no estamos dispuestos a ver y confrontar. A través del trabajo con mi terapeuta y a las herramientas somáticas que continuo utilizando día a día, he podido poco a poco salir de ese lugar tan profundamente oscuro.

¿Por qué te cuento esto? por que creo que en esos tiempos, viendo todo lo que sucede en otros países, todo el sufrimiento y la desesperanza que esto genera, puede hacernos caer a muchos, sobretodo con antecedentes de trauma, caer en este vacío y llevarnos a un estado de depresión que parece no tendrá fin.

Síntomas y señales de depresión existencial

Es muy común atravesar por una depresión existencial cuando hemos sufrido un trauma, una pérdida, trauma religioso, una crisis de fe o un evento que altera nuestra vida. Estos hechos nos hacen darnos cuenta de lo efímero que puede ser la vida, y sobresaltan lo falta de control que tenemos en ella, lo cual hace que nos lleva a analizar y hacernos preguntas acerca del significado de nuestra vida y nuestros comportamientos. 

Algunas de las experiencias comunes que están vinculadas con la depresión existencial son:

  • un proceso de deconstrucción que te lleva a perder el vínculo con lo que eran tus metas o tus valores.
  • sufrir culpa por algún error cometido o por elecciones pasadas
  • el sentir que no perteneces, perder el vínculo con alguna persona o algo que era muy importante para ti, y sentir un sensación de impotencia
  • perder el interés en cosas que antes te gustaban
  • alejarte de personas cercanas o el rompimiento de relaciones
  • perder el sentido de ti mismo

Los síntomas de la depresión existencial pueden manifestarse de diferentes formas, recuerda que cada uno de nosotros experimentamos el trauma y los síntomas de él de forma distinta, y la depresión existencial no es la excepción. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  • Sentimientos de vacío y desesperanza.
  • Sentirse sin esperanza o pesimista
  • Irritabilidad
  • Falta de interés en actividades que solías disfrutar.
  • Dificultad para concentrarse o tomar decisiones.
  • Cambios en el apetito y el peso.
  • Inquietud o ansiedad
  • Pensamientos suicidas
  • Fatiga y falta de energía, sentirse cansado todo el tiempo
  • Problemas para dormir o dormir en exceso.
  • Pensamientos recurrentes sobre la muerte o el propósito de la vida.
  • Sentimientos de culpa, inutilidad o impotencia
  • Incapacidad para aliviar dolores corporales, dolores de cabeza, calambres o problemas digestivos

Ten en cuenta que “más común” no significa necesariamente “exclusivo”. Cualquiera puede experimentar depresión y no es necesario ser “dotado”, ser altamente sensible o “especial”, para considerar (o agonizar por) el significado más profundo de la vida.

¿Quiénes son más propensos a sufrir una depresión existencial?

Las personas más propensas a experimentar depresión existencial suelen ser aquellas que tienen una sensibilidad y conciencia profundas sobre el significado de la vida, la mortalidad y la naturaleza de la existencia. Esta sensibilidad, conciencia profunda y probablemente idealismo los hacen más propensos a plantearse preguntas difíciles sobre la vida, la muerte y su significado. Es esto precisamente lo que los hace profundamente conscientes de lo pequeño que somos comparado con el mundo, la existencia y los problemas que nos preocupan. 

Algunas investigaciones sugieren (2) que entre los grupos más propensos se encuentran:

  1. Individuos altamente sensibles: Aquellas personas que son especialmente receptivas a las emociones y estímulos del entorno, pueden ser más susceptibles a la depresión existencial debido a su capacidad para reflexionar profundamente sobre el propósito y el significado de la vida.
  2. Filósofos, pensadores y científicos (dotados o muy inteligentes): Las personas que se dedican a la reflexión filosófica y a cuestionar las verdades universales pueden enfrentar la depresión existencial cuando se enfrentan a la incertidumbre y la falta de respuestas definitivas sobre temas existenciales.
  3. Individuos con traumas o pérdidas significativas: Aquellos que han experimentado traumas emocionales, pérdidas importantes o eventos traumáticos en sus vidas pueden ser más propensos a la depresión existencial al enfrentarse a preguntas sobre el sentido de la vida y el sufrimiento humano.
  4. Personas en crisis de identidad: Aquellos que están pasando por períodos de transición, cambio de vida o crisis de identidad pueden experimentar depresión existencial al cuestionar su lugar en el mundo y su propósito en la vida.
  5. Espíritus creativos: Los artistas, escritores, músicos y otros creadores pueden ser más susceptibles a la depresión existencial debido a su tendencia a explorar temas profundos y existenciales en su trabajo creativo, lo que puede llevarlos a enfrentar preguntas sobre el significado y el propósito de su arte y su vida.

Encontrando una luz de esperanza

Si tú en este momento te relacionas con lo que he escrito en este artículo y has estado luchando con la depresión, es posible que el reconocer que este es un proceso en donde el resultado puede ser positivo, te pueda ayudar a crear un pequeño rayo de esperanza en tu interior.

La teoría de la desintegración positiva (TPD) por sus siglas en inglés) es una teoría compleja del desarrollo de la personalidad elaborada por K. Dabrowski (3). Esta teoría sugiere que el sufrimiento y la crisis interna, así como algunas señales de enfermedades mentales y características que a menudo consideramos como defectos pueden ser señales positivas como parte del proceso de crecimiento personal, donde los individuos experimentan conflictos internos intensos que pueden conducir a una mayor conciencia y autenticidad. En este sentido, la depresión existencial puede ser vista como una manifestación de la desintegración positiva, donde la lucha interna y la búsqueda de significado son elementos clave en el viaje hacia la autorrealización y en el descubrimiento de nuestro verdadero ser.

La depresión existencial, caracterizada por una profunda sensación de vacío, falta de propósito y desconexión emocional, puede ser entendida a través del lente de la desintegración positiva como un llamado interno hacia un mayor desarrollo espiritual y emocional. En lugar de verla como una mera enfermedad mental, la depresión existencial se percibe como una oportunidad para cuestionar las creencias y valores arraigados, así como para buscar un sentido más profundo de identidad y propósito en la vida.

La teoría de la desintegración positiva también ofrece una perspectiva esperanzadora sobre la depresión existencial al reconocer que el sufrimiento puede conducir a un crecimiento significativo y a una mayor autenticidad. A través del trabajo terapéutico que integra principios somáticos y de regulación del sistema nervioso, los individuos pueden explorar las raíces de su depresión existencial, confrontar sus miedos más profundos y encontrar un camino hacia la sanación y la renovación personal.

Cómo superar la depresión existencial

Superar la depresión existencial puede ser un proceso desafiante, pero existen enfoques que pueden ayudar a recuperar el sentido y la alegría de vivir. Aquí te comparto algunas estrategias desde una perspectiva somática y de sanación del sistema nervioso:

1. Conexión con el cuerpo: El trauma a menudo nos desconecta de nuestro cuerpo y de las sensaciones físicas. Reconectar con nuestro cuerpo a través de prácticas somáticas como la respiración consciente, el movimiento corporal suave o la atención plena puede ayudar a aliviar el vacío emocional y restaurar el equilibrio interior. Para mí, el permanecer presente en mi vida, en mi cuerpo, en mis experiencias me ha dado una perspectiva diferente y una forma de salir de mi cabeza cuando el vacío interior es demasiado intenso. Sentir las sensaciones de tu cuerpo te da una forma de romper el ciclo de plática interior nihilista.

2. Exploración emocional: Permitirnos sentir y expresar nuestras emociones de manera auténtica es fundamental para superar la depresión existencial. En lugar de reprimir o negar nuestras emociones, podemos aprender a aceptarlas y procesarlas de manera saludable, lo que nos permite liberar el peso emocional que contribuye a la sensación de vacío.

3. Presta atención a tus mecanismos de afrontamiento. Toma especial conciencia en aquellas cosas que te dices a ti mismo, como el debería de hacer más, el perfeccionismo y el estar siempre en modo productivo. El darte el espacio para existir sin tener que ser productivo o estar siempre ocupado, a lo que yo llamo, justificar tu existencia te puede dar una nueva forma de verte a ti mismo. Te da ese espacio necesario para descubrir quién eres realmente, sin todas esas reglas auto impuestas que en algún momento desarrollamos para sobrevivir.

4. Identificación de necesidades: La depresión existencial a menudo surge cuando nos sentimos desconectados de nuestras necesidades más profundas y auténticas. Tomarnos el tiempo para reflexionar sobre nuestras necesidades emocionales, físicas y espirituales, y luego buscar formas de satisfacerlas puede ayudarnos a recuperar un sentido de propósito y significado en la vida.

5. Practicar la gratitud y el disfrute: Encontrar pequeñas cosas en la vida que nos traen alegría y satisfacción, incluso si aparentemente no tienen un significado profundo, puede ser una poderosa herramienta para contrarrestar la depresión existencial. Practicar la gratitud diaria y buscar momentos de disfrute y placer puede ayudarnos a reconectar con la belleza y la maravilla del mundo que nos rodea.

6. Desarrollar la capacidad de sentir tus emociones y regular tu sistema nervioso. Como muchos de los que me siguen en mis redes sociales y mis clientes saben, mi forma de ver la vida después del trauma es que es un proceso continuo, en el cual debemos desarrollar aquellas habilidades que no pudimos desarrollar mientras crecíamos, la regulación emocional. Este es un proceso constante y de todos los días. El desarrollar hábitos que nos permitan regularnos, atender nuestro cuerpo y nuestras emociones es vital para salir de esta depresión. Pero no solo esto, también nos permite darnos cuenta cuando estamos a punto de caer nuevamente en el vacío.

En mi experiencia, yo sé que después de periodos de estrés constante, cuando tengo menos tiempo de descansar, mi sistema nervioso pasa del estado lucha o huida y se va derecho hacía el congelamiento. Llevándome a un estado en donde mis pensamientos se vuelven más oscuros y esa es la señal de que algo estoy descuidando, es la llamada a que no estaba prestando atención.

Por supuesto, esto no implica que hay algún sentimiento de reproche o de que hice algo mal, el proceso de sanar nos permite ser más compasivos con nosotros mismos. Y nos ayuda a atendernos de manera integral, tanto física, mental y emocionalmente.

7. Buscar apoyo y conexión: La depresión existencial puede hacernos sentir solos y desconectados, pero buscar apoyo emocional y conexión con otras personas puede marcar una gran diferencia en nuestro proceso de recuperación. Ya sea a través de la terapia, grupos de apoyo o relaciones cercanas seguras, compartir nuestras experiencias y sentimientos con otros puede proporcionarnos el apoyo y la validación que necesitamos para seguir adelante.

Conclusión

En conclusión, superar la depresión existencial implica un enfoque integral que aborda tanto las dimensiones físicas como emocionales de nuestro ser. Al sanar nuestro sistema nervioso, reconectar con nuestras emociones y necesidades, y encontrar placer y significado en las pequeñas cosas de la vida, podemos gradualmente salir del vacío existencial y recuperar una sensación de vitalidad y propósito en nuestras vidas.

Te puedo decir que es un proceso que puede llevar tiempo, sobre todo si al mismo tiempo estás sanando traumas pasados, como el trauma complejo el cual implica el descubrir quien eres realmente. Esta ha sido mi experiencia, por lo que te recomiendo ir despacio, enfocarte en cosas que te hagan sentir bien y comienza a encontrar aquellos destellos de luz.

Aun cuando en gran parte de estas actividades no encontraremos el significado de nuestra existencia, si te permite comenzar a conectar contigo y tus emociones. Algo que en mi muy particular punto de vista nos conecta con una espiritualidad encarnada. Es decir, no enfocada en religión, dios o universo, cosas que no podemos explicar. Sino más bien, en la conexión con nuestra vulnerabilidad y cómo esto nos permite conectar con otras personas, con el mundo.

Por supuesto, no puedo dejar de recomendarte el trabajo con un especialista que te ayude a regular tu sistema nervioso y te ayude a desarrollar las habilidades y estrategias necesarias para salir de tu mente y habitar tu cuerpo de manera segura. 

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